FELIZ AÑO NUEVO

jueves, 18 de agosto de 2011

REFLEXIONES.


CARTA DE UN PADRE A UN HIJO



Amado hijo:
El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.
Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, tenme paciencia. Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.
Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
Cuando estemos reunidos y sin querer, haga mis necesidades, no te avergüences y comprende que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuantas veces cuando niño te ayude y estuve pacientemente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.
No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo.
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.
Acuérdate que fui yo quien te enseño tantas cosas. Comer, vestirte y como enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia.
Cuando en algún momento, mientras conversamos, me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te impacientes; tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas en ese momento.
Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuánto puedo y cuando no debo.
También comprende que con el tiempo, ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.
Cuando mis piernas fallen por estar cansadas para andar………dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernitas.
Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y solo quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuanto te ame.
Trata de comprender que ya no vivo sino que sobrevivo, y eso no es vivir.
Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer.
Piensa entonces que con este paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.
No te sientas triste, enojado o impotente por verme así. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir.
De la misma manera como te he acompañado en tu sendero, te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.
Atentamente.
Tu viejo.



12 comentarios:

  1. Chogui, me has hecho llorar ahora que estoy tan sensible por tan evidente reflexión.
    Así, es la vida, cuando uno se hace mayor, le viene encima todos los palos por si pocos hubiera sufrido. Nunca hay tiempo, se repite siempre lo mismo, en definitiva... se convierten en problema existenciales.
    Ni ruegos, ni cartas, ni hacer saber lo que se ha hecho por los hijos, es suficiente para dejar de lado a una persona cuando más amor y ternura necesita.
    No soy madre, pero soy hija, y estoy sufriendo por el maltrato psicológico al que están somentiendo mis hermanos a mi madre que tiene 82 años. Por eso, lloro y lloro, porque al final estas personas que se han volcado totalmente con sus hijos, lo único que éstos desean es que se muera.
    Sí, es duro, pero eso es lo que le dicen mis hermanos a mi madre.
    Estoy rota de dolor, pues mi madre sufre, aunque no lo manifieste.
    Y me siento impotente para ayudarle, porque soy la pequeña de los tres hermanos y te puedo jurar que no me gustaría que ningun padre o madre pasara por la situación que pasa la mía.
    Muchos besos. Rosa.

    ResponderEliminar
  2. Estimada Rosa Ma. Gracias por la confianza depositada en tu comentario. Comprendo y entiendo tu situación; yo pase por eso hace aproximadamente unos 6 años que falleció mi madre que en ese momento andaba por los 87 años. Como soy hijo único, pues me sentía agobiado porque no tenia otros hermanos en quienes apoyarme para su cuido.Sin embargo Dios me ayudo y finalmente unos primos que habian querido mucho a mi madre aparecieron no se de donde y me dieron todo su apoyo hasta que fallecio.
    Lamento la situacion que atraviesas. Te sugiero que consultes con personas conocidas tuyas con las que tengas confianza para que te aconsejen que hacer. Busca apoyo en la iglesia a la que pertenezcas, agota todas las instancias, ya que no tienes el apoyo de tus hermanos y encomiendate mucho a Dios, que él todo lo puede y estoy seguro que te iluminara el camino.No desfallezcas.
    Dios mediante espero que mis hijos no me vayan a fallar cuando llegue mi momento.
    Puedes contar conmigo con un amigo cuando quieras platicar.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  3. Estimado Chogui, con esta reflexión has puesto en perspectiva esos momentos difíciles a los que un día todos llegaremos,con seguridad si hemos sembrado amor cosecharemos más amor, y si hemos honrado a nuestros padres, viviremos más tiempo, dice La Biblia y probablemente nuestros hijos sigan el ejemplo.

    Con mucho aprecio.

    ResponderEliminar
  4. Gracias mi querido Campo Literario, gracias por tus gentiles comentarios, agradecido sinceramente.
    Recibe mis mejores deseos que te encuentres bien de salud.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. Chogui, muy buena reflexión para no olvidar.
    yo pienso que uno cosecha lo que siembra, pero esa es una frase, muchas veces uno da lo mejor de uno durante toda una vida y terminan solos.
    seria lindo que todo fuera asi como lo expresas tu en tu relato, me encanto.
    besitos para ti, que Dios te bendiga

    ResponderEliminar
  6. Hola Sentir del Poeta, gracias por tu gentil comentario, y comparto tu opinión. A veces no hay compensación para toda una vida de sacrificio en este mundo, pero esperamos encontrarla al pasar a mejor vida.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  7. Creo que es una reflexión inmensa,hermosa,para grabarnos a fuego en la mente y el corazón.
    Adoré a mis padres,los cuidamos entre los hermanos mientras vivieron,los lloramos cuando se alejaron hacia el azul.
    Aún los quiero con todo mi corazón.
    Ahora soy madre y trato de inculcar a mis dos hijos,todos aquellos valores que me inculcaron,esperando,quizá egoistamente,que no defrauden la esperanza que tengo depositada en ellos,que no es otra que me quieran tanto como yo los quiero,hasta mi último aliento e incluso más allá...
    Emocionada me dejas.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  8. Chogui
    Pese a que había leído esta carta, me volví a emocionar, es algo que todos deberíamos tener presente.Gracias por traerla...
    Desde ahora , yo también te sigo.
    Besitos en el alma
    Scarlet2807

    ResponderEliminar
  9. Marinel, gracias por tu comentario tan sentido.
    Tienes razón, uno espera egoistamente que los hijos no se vayan a olvidar de uno; pero como padre uno los educa por el amor que les tiene y allá su corazón les dictara lo que es correcto cuando nos encontremos vencidos por la edad y el tiempo.
    Un placer saludarte.
    Abrazos.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  10. Scarlet2807, gracias tu visita y tu comentario. Muy agradecido, y espero seguir contando con visita.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  11. Chogui gracias por recordarnos nuestras responsabilidades como hijos. A veces somos demasiado duros con nuestros padres y perdemos la paciencia.. De pronto se nos olvida que un día llegaremos a tener la misma edad que ellos y que también necesitaremos a nuestros hijos..

    Muy lindas palabras.

    Poesía Azul

    ResponderEliminar
  12. Hola Nicole: Gracias por tu amable visita y tu gentil comentario.

    Abrazos.

    ResponderEliminar