Queridos Papá y Mamá:
Hace poco rato que he llegado a la casa,
después de un largo viaje de nueve meses!
Ya ven ustedes que no puedo hablar todavía, pero traigo está carta de felicitación y agradecimiento para los dos. Creo que me la dio mi ángel de la guarda al venir para acá.
¡Felicidades! Si, porque ahora mismito están ustedes bien contentos de tenerme aquí. Sus caras gozosas sobre mi cuna me lo dicen.
¡Felicidades! Si, porque yo les ayudaré a serlo cada día, más con mis sonrisas, con mis juegos; después con mis logros y mis éxitos.
Muchas gracias también por haberme pedido, con las ganas que tengo de conocerlos; con las ganas que tengo de conocer a mis hermanos mayores y andar jugando con ellos. Yo se que ellos tendrán que esforzarse un poquito para tenerme paciencia y aguantar todas mis travesuras.
Papá y mamá, Diosito está muy contento por la generosidad de ustedes y les compensará abundantemente las “horas extras” que tendrán que trabajar para atenderme y para cuidarme. Disculpen las molestias que les voy a ocasionar.
Ahora, quisiera descansar un poquito, tengo mucho sueño y quisiera dormir. Despiértenme cuando llegue la hora de la comida; o mejor dicho yo les avisare cuando tenga hambre o ganas de ir al baño.
F. Su bebé.
Adaptado por Chogui de una reflexión anónima.